Conociendo... te

Conociendo... me

un poquito, un poquito.

Me digo, me digo, me digo... PONETE CONTENTA, PONETE ORGULLOSA por/ de vos.

Metí LA materia y la metí con dos cifras, no puedo estar tan contenta.

Lo vi a ese que olvida hasta mi numero de teléfono, me saludo y la tristeza me invadió. (de nuevo)

Termine de rendir y estaba ese alguien que genera sonrisas esperándome en la puerta, si ahí por 15 minutos. DEJATE QUERER, no lo repelas.

conversando con migo.

Estoy trabajando.. y me encanta lo que hago, es divertido.. agotador pero divertido.. y me veo y me cuesta reconocerme, me siento jugando a ser grande pero me gusta, me gusta!

No tengo vida... de estudiar a trabajar, de trabajar a dormir y así sucesivamente, pero esta bueno... y mi primer final me demostró que si pongo ovario lo logro (sí, me enorgullece!) y bueno.. a poner un poco mas de ovario y dsps relajar.. y descomprimir.

DESCOMPRIMIR... pensar, analizar tantas cosas que pasaron... ahora no puedo, no tengo tiempo ni energía... pero mejor, así las cosas se acomodan un poquito solas y dsps las miro, las lloro... las pienso.

Te extrañaba flor y cuando menos te analizo mas te encuentro.

Un poco de todo, un poco de nada. MOVIMIENTO.

Un trabajo que es experiencia y diversión a la vez, una materia y un final que ya pertenece al pasado, un alguien que genera sonrisas, un otro alguien que me las saca olvidando hasta mi numero de teléfono (y creo que casi mi existencia...), y un intento de que eso me chupe un huevo.

Cambios, porque la estabilidad nunca la logro, tendría que hablarlo con mi psicóloga.. lo haría, si no me hubiera dejado.

Cambios porque en definitiva mi vida es eso, una persona (que adoro) me dijo una vez, "todo movimiento es cacería" y es así, "hay que moverte si no te pisan"

Y ahí vamos, y ahí voy... estando, siendo, creciendo, equivocandome, acertando pero siempre ANDANDO.

Igual estabilidad si me queres visitar... creeeeeeo que no me quejo.

La mitad

Por Fito Páez *

Nunca Buenos Aires estuvo menos misteriosa que hoy. Nunca estuvo más lejos de ser esa ciudad deseada por todos. Hoy hecha un estropajo, convertida en una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas, la mitad de sus habitantes vuelve a celebrar su fiesta de pequeñas conveniencias. A la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A la mitad de los porteños le encanta aparentar más que ser. No porque no puedan. Es que no quieren ser. Y lo que esa mitad está siendo o en lo que se está transformando, cada vez con más vehemencia desde hace unas décadas, repugna. Hablo por la aplastante mayoría macrista que se impuso con el límpido voto republicano, que hoy probablemente se esconda bajo algún disfraz progresista, como lo hicieron los que “no votaron a Menem la segunda vez”, por la vergüenza que implica saberse mezquinos.

Aquí la mitad de los porteños prefiere seguir intentando resolver el mundo desde las mesas de los bares, los taxis, atontándose cada vez más con profetas del vacío disfrazados de entretenedores familiares televisivos porque “a la gente le gusta divertirse”, asistir a cualquier evento público a cambio de aparecer en una fotografía en revistas de ¿moda?, sentirse molesto ante cualquier idea ligada a los derechos humanos, casi como si se hablara de “lo que no se puede nombrar” o pasar el día tuiteando estupideces que no le interesan a nadie. Mirar para otro lado si es necesario y afecta los intereses morales y económicos del jefe de la tribu y siempre, siempre hacer caso a lo que mandan Dios y las buenas costumbres.

Da asco la mitad de Buenos Aires. Hace tiempo que lo vengo sintiendo. Es difícil de diagnosticarse algo tan pesado. Pero por el momento no cabe otra. Dícese así: “Repulsión por la mitad de una ciudad que supo ser maravillosa con gente maravillosa”, “efecto de decepción profunda ante la necedad general de una ciudad que supo ser modelo de casa y vanguardia en el mundo entero”, “acceso de risa histérica que aniquila el humor y conduce a la sicosis”, “efecto manicomio”. Siento que el cuerpo celeste de la ciudad se retuerce en arcadas al ver a toda esta jauría de ineptos e incapaces llevar por sus calles una corona de oro, que hoy les corresponde por el voto popular pero que no está hecha a su medida.

No quiero eufemismos.

Buenos Aires quiere un gobierno de derechas. Pero de derechas con paperas. Simplones escondiéndose detrás de la máscara siniestra de las fuerzas ocultas inmanentes de la Argentina, que no van a entregar tan fácilmente lo que siempre tuvieron: las riendas del dolor, la ignorancia y la hipocresía de este país. Gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing. Eso es lo que la mitad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quiere para sí misma.

* Vecino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Yo vote, yo estoy indignada.

No hay muerte, hay mudanza.

F.Cabral

Empiezo a trabajar (aterrada).

Me saqué el primer cinco de mi vida. (baja la exigencia FLORENCIA)

Me saqué el 9,25 que mas feliz me puso en años.

Tengo cosas que acomodar y mucho para estudiar.

Tengo un alguien en mi vida y no se para donde correr.

Tengo un nudo que pretendo desatar...

Semana intensa eso tengo.

Crecer es tropezar, crecer es decepcionarse, crecer es equivocarse muuuucho.

No se si quiero crecer.. hoy, no se si quiero.

...

Algo se acomoda...

Creo que ese algo soy yo.